miércoles, 17 de octubre de 2012

Especulación de la memoria.

Ya son extraños los días de la correspondencia clandestina, cuando confesábamos cosas de dudosa naturaleza existencial, como precario requisito para desatar las sublimaciones y represiones cotidianas.
No encuentro los caminos, se han borrado las huellas y consumido los ánimos para retroceder en busca de esos misterios nocturnos que me precipitaban a las costas de la angustia al saberte tan lejana pero tan dispuesta para la mortal lúdica del deseo.
Alguna sensación parecida al otoño, que no conozco, me susurra al oído y me ofrece un tibio café con miel, aliciente para la enfermedad del olvido.

1 comentario:

  1. Es cosa de emprender nuevas caminatas entre nuevos decires y erratas, y sacudir la memoria que limpia el polvo de aquellas huellas,en alimento diario, pero nuevo, de nuevas ocurrencias. Nada se pierde realmente, es cuestión de dejar ir o no dejarlo...
    Es cuestión de retener lo que alimenta...
    Hermosas, como siempre...
    Gracias...

    ResponderBorrar