sábado, 27 de abril de 2013

La vuelta.

En el regreso soy una copia,
Una silueta desprendida de sus átomos.
En el regreso soy un deseo huidizo,
Un esquema abandonado que se niega a dejar de ser útil.

También soy un embate ciego,
La maldición lanzada al aire con el dolor,
Un pretexto para fallar de antemano.
Soy un círculo vicioso
El paradigma de la contención
Silenciosa e implacable que todo lo va erosionando
Argumento por argumento
Hasta que quede la desnuda contradicción,
El origen del conflicto.

En el regreso soy
Porque en la ida no era.

viernes, 26 de abril de 2013

Ese momento.


Ese momento
cuando la mañana todavía pertenece a la noche,
El tenue velo que se va recogiendo hacia el lejano horizonte.
Aquí, la soledad va cambiando su vestido
Se tornasola y se transparenta
Se confunde con la piel
Con los usos y protocolos diarios.

Se respira, imperceptible
Se transmite en miradas incoloras
Se precipita por las palabras,
Plantas colgantes de los balcones,
Nacen y nunca terminan de caer.
Y, así, la soledad adorna los rostros.
Como las sonrisas sin forma
Como las brillantes lágrimas.

Vuelve la noche
Ella espera tras la puerta
En la timidez precaria de los muebles.

lunes, 15 de abril de 2013

Esa ventana.

Las ramas se movían por causa del sadismo del viento. No sé por qué razón no se cayeron. Por la pequeña ventana se veían los rayos partir el cielo, la lluvia incesante, los ríos en la calle. No tenía más que mis pensamientos y el sonido de la respiración. Ella había salido, apenas pasada la media noche. No entendía por qué permanecía allí, no sé qué era lo que esperaba. Evidentemente a ella, pero ¿para qué?

martes, 9 de abril de 2013

Dialéctica?

Cuánto se ha dado sin convenir un precio,
aquello tan valioso
que desfallecemos cuando nos falta.
Nada se da sin ser correspondido,
es cuestión de proporciones y balance este problema.

Vos me mirás y yo te escribo,
vos un suspiro y yo una margura.

No sabemos qué entregar y cómo recibir,
nos perdemos en los términos de la transacción,
no bastan los intérvalos de la negociación
Vos querés una canción y yo tengo prosas,
me das tu foto y yo te quiero a vos.

Te busco donde no estás
no recuerdo los lugares comunes.
Vos lo anticipás todo
yo me quedo en la seguridad del cuarto oscuro.

Historias cruzadas por contradicciones sin resolver.

lunes, 8 de abril de 2013

Piedad.

Que alguien recoja estos restos despreciados,
que alguien cante un arrullo que no me pertenezca
para callar los metales amenazantes.
Que todo lo que haya de morir, muera,
pero en silencio.

Falta el motivo que encaje en el movimiento perpetuo,
que evite el desenfreno de las causas ocultas,
sus efectos hipnotizantes,
los sueños que nunca recuerdo.

Que alguien me diga cuándo algo fue completo.
Que alguien busque un cincel y quiebre la piedras del muro de las promesas.

Sobran discursos y argumentos,
la estrechez de las pasiones.
Sobra la ausencia, ese todo lleno de nada.

Que alguien devore las ganas y esconda las luces,
que alguein venga a cegar, con destreza, esta angustia.

Erosión

La intemperie se lleva adentro,
erosiona las cavidades donde se alojan los secretos.
Nada se oculta de los elementos porque de ellos estamos hechos.

La respiración delata la pérdida de sustancia,
el reloj se va llenando con la arena extraviada de nuestros artificios.
Somos ruinas desde que nacemos,
el óxido de la tierra que va aflojando las junturas de los recintos del fuego.

Somos parientes de los deseos insatisfechos,
de los propósitos desbordados de ancestros anónimos.
Somos palabra sin lugar.

miércoles, 3 de abril de 2013

Desde el principio.

Bien podría decir que no has hecho nada, pero con un puñado de palabras y un par de gestos construiste, de nuevo, el imperio de la retórica ineludible.
Basta una pizca de buenas intenciones y  de actos contradictorios para envenenar las aguas que riegan las flores de la primavera, cuando nada es fuerte aún y se siente el frio del invierno, persistente.
Vagas por el horizonte como una profecía inconclusa, alimento de las especulaciones más intrincadas y de los desafueros del alma en busca de que algo se haga realidad.
Empezamos a mover montañas y a secar ríos, a desangrar madres y a matar hijos, todo para que se cumpla algún designio. Pero nada nos convence, nada nos apacigüa ni nos deja morir tranquilos.
Una a una se repiten las secuencias del dolor y del olvido, uno a uno se cobran los errores, con puntualidad y firmeza. Siempre hemos pagado las deudas.
Bien podría decir que no harás nada, pero ya lo has hecho todo.