jueves, 10 de octubre de 2013

Una y otra vez.

Esta parte de la médula
escribe desde la soberanía
de la procrastinación,
en los ángulos del cansancio
hecho sentido y razón.

Aunque no entienda
hay algo que niega,
algo que redunda en provocación,
en agradable castigo,
en precaria satisfacción.

Una idea inflamada
durmiendo la apatía,
una simple consolación,
un posible destino
en pesada obstinación.

Paciencia encadenada,
angustia resignada
esperando la consumición
del paradigma obsoleto
en tardía contrición.

Voluntad encaminada
en el norte la autarquía,
causas en perfecta alineación.
Otro día será el comienzo
sigo perdido en ensoñación.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Enredos.

Enredos, entramados, nudos.
Serpientes anidadas, nidos serpenteantes.
Consecuencias desheredadas, herencias inconsecuentes.

La puerta abierta
el miedo esperando en la sala.
Canciones a cambio de decisiones,
mentiras piadosas,
jornadas aplazadas.

Los lados oscuros aparecen a pleno sol
sin preguntar,
desaparecen robando alientos
calculando angustias en la pared.

Repeticiones.
Días unísonos,
rostros calcados en la predestinación.

Fronteras, límites, agotamiento.
Soledades provocadas, provocaciones solitarias
encima de los techos, debajo de los vientos.

Cánones, dogmas, axiomas.
Algoritmos del azar,
puentes para cruzar los remolinos
hasta la cantera de los dioses,
de las excusas.

Precisión de los errores.
El miedo esperando en la puerta,
los rincones iluminados,
la canción evaporada.

La prisión en la alcoba.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Vaya usted a saber.

Quizá, en nuestra historia, las distancias se miden de manera particular, de tal forma que su incidencia en la percepción de los vacíos que se forman entre los dos, se concentre bajo ciertas condiciones climáticas del espíritu. Ahora, que vayamos a saber qué significa eso, es otro cuento; porque lo seguro es que nos hemos teorizado el uno al otro hasta el cansancio, que nuestra materia se ha reunido tan poco tiempo en un mismo espacio que nos hemos conformado con las ficciones subsecuentes.
 
El suelo fértil para sembrar de ensoñaciones esta mente, un ocaso en las intenciones, en las actitudes que deberían llevar a algún lado, todo ha sido dejado al azar. Aquello que no se ha concretado se idealiza y se transforma en drama, denso e inmóvil.
 
Espero, siempre espero algo. Busco, pero no siempre sé lo que busco y cuando me muevo buscando llega lo que busco al lugar donde antes estuve esperando. Vienes y yo esquivo, hablo y vos callás. Me tiento con vos, y vos…

lunes, 2 de septiembre de 2013

¿Querés?

La calle era, como siempre, otra versión del abandono en medio de la laboriosidad automática. Supuse que éramos dos presumiendo las historias que no pudieron ser. Presunciones recíprocas, placeres revelados a medias.
 
Yo insisto en creer que vivimos episodios adelantados, que la voluntad jala una tímida determinación, que las bifurcaciones del camino ya no son tan amplias. Tiendo a creer que hacés parte del significado.
 
Decime qué sentís en este instante en que no te tengo.
Decime qué siento yo con tu boca perdida en la geografía de lo inverosímil.
Decime por qué ninguno de mis presagios ha podido con el brillo de tu sonrisa o con esa chispa de estulticia que se te escapa de la mirada.
Decime, vos que sabés pero que no querés admitir.
Decime, matá un silencio en lugar de convocarlo.
 
Contame otro capítulo de tu historia conmigo.

Dos luces.

Había quedado con ganas de otro duelo de miradas, de imaginarias secuencias amorosas y de disfrutar mas de esos juegos de significados incongruentes, esos que amenazaban con desnudar las almas.

Tuvo ganas de robársela, de capturar su calor guardado cerquita del vientre, tuvo ganas de desaparecer en los enigmas que ella proponía y despertarla a la mañana siguiente con el café recien hecho.

Pero se fue, mirando hacia atrás. Sus ojos eran luciérnagas atravesando la oscuridad.

martes, 20 de agosto de 2013

En otro tiempo.

Es este silencio de las cosas que pasan,
allá afuera donde las cosas pasan,
el que trae las noticias de los amigos y de los amores pasados.
Hubo un tiempo en el que se podía amar sin preámbulos ni requisitos,
el tiempo cuando los arrepentimientos no esperaban,
como los peregrinos de países extranjeros,  a las puertas del único templo de su credo.
Hubo un tiempo en el que nos descubríamos en sencillas adivinanzas
y nuestros pecados no sabían volar
y no tapaban el sol todavía.
En este silencio de las cosas
escucho el rumor de los propósitos inútiles y las verdades huérfanas.
Hubo un tiempo en que las revoluciones se presentaron sin terror,
engañando incautos, reduciendo espíritus a ideas.
Hubo un tiempo en el que el valor no era una terapia insulsa
y la dignidad no era una cláusula inerte.
En este silencio las cosas son de otra sustancia, allá afuera.
Hubo un tiempo en el que el silencio me acompañaba.

viernes, 9 de agosto de 2013

En el vientre del hambre todos somos conocidos,
formamos parte del mismo abigarrado entramado de esperanzas putrefactas.
En la garganta del ruido somos una canción que el silencio no acogerá en su seno,
pero que tampoco conocerá un intérprete.
En el ojo de la angustia no reflejamos la carne sino las pérdidas que forjan la soledad.

En este cansancio no busco sombra ni agua ni reposo.
En este cansancio sigo buscando razones.
En este cansancio insisto en la desintegración perpetua.



sábado, 3 de agosto de 2013

Día de suerte.

Preguntás como si la curiosidad escaseara.
Me mirás como si fuera a diluirme en el aire.
Insistís con fingida paciencia a que elabore las respuestas.

Yo juego con la taza del café,
Mientras escojo las palabras que no delaten las emociones.
Vos crees que controlás la situación
Y yo todo se lo dejo al azar,
Porque decidiste recoger el mensaje en la botella
En el medio de este mar de anónimo bullicio.

Hasta ahora me entero...

Nunca te he esperado.
He salido a cazarte pretendiendo que camino con vos.
He buscado todos los caminos que se crucen con los tuyos,
He puesto señales para que llegues a mis desvaríos.
Nada entre los dos ha sido casualidad.

Dulcemente,
No has notado que soy irrevocable,
Que ya vives la condena.
Que, ahora, camino a tu lado por convencimiento,
Que no quiero soltar tu mano.

Ella allá.


Otra vez en un rincón, atrincherada, disparando miradas, unas de inconformidad, otras de escepticismo. Ella no quiere parecerse a esos sueños que le llegan cuando se acuesta con la espalda dolorida, no quiere que se la trague ese camino polvoriento que desemboca en esa mina negra, como una garganta de la montaña que se asoma para capturar almas.

Pero se deja llevar por las aguas quietas. Poco a poco la van alejando de la seguridad de la rivera y la confrontan con un horizonte circular e infinito. No sirve ni el pánico ni la angustia, algún día llegará a una isla donde poder resignarse con tranquilidad.

No sé si la imagino o la recuerdo, en medio de la calle, quejándose por el viento frío y por la falta de otro cigarrillo. No sé si fue un beso solitario o la imposibilidad de que me llevara a su soledad. No sé si llegará el musgo a cubrir los pasos, no sé si a esa ciudad se la tragará el monte, algún día, antes que se termine la historia de las inconformidades.

lunes, 29 de julio de 2013

Un silencio.

Callar por gusto y no por arrepentimiento,
callar porque el alma se ha sentado a rumiar las lecciones,
no para ocultar los crímenes de la insatisfacción del cuerpo.
 
En una calle quedaron vestigios de una redención inconclusa,
se van componiendo los presagios de una lenta descomposición
como el viento que se va llevando los edificios,
grano de arena por grano de arena.
Mas allá de todo quedarán las dunas silentes.
 
Callar porque espero que un imposible no sea justificación del abandono,
callar porque al nombrarte desapareces.
 

martes, 4 de junio de 2013

Música para dormir.

Yo era el niño que todas las noches repasaba el mismo casette, el concierto de Supertramp en París. El Crimen del Siglo abría las puertas del sueño.

Soñaba que este valle volvía a ser un pantano atemporal, que los árboles recuperaban en una sola noche el suelo arrebatado por el cemento, que los jaguares masticaban miembros de peatones desprevenidos. Luego, alguna serenidad uterina llegaba y todo era sordo, de algún amarillento anciano. Yo era el que renacía cada mañana de entre las entrañas del miedo y las tumbas de los dioses. Cada amanecer se derruía un templo hasta que la inocencia abandonó el cuarto.

Quedó la costumbre de no creer en nada y de enjuiciar las seguridades. ¿A qué aferrarse? A todas las preguntas y las posibilidades de respuestas, a las especulaciones de las sombras, eso que permanece y no se oculta. Ahora, de vez en cuando, puedo ver una luz que se prende y se apaga, que aparece y desaparece en ese horizonte discontinuo.

Es una canción inagotable.

jueves, 30 de mayo de 2013

Equipaje.

En la mochila cargo pajaritos disecados,
invitaciones que nunca correspondí y un testamento inoponible.

De los encuentros no he tomado más que un par de fotos.
Están descoloridas y ajadas, 
los rostros  son desconocidos.

No hallo cuando busco,
ni poseo cuando reclamo.
No tengo viajes registrados 
o cartas de despedida.
Y la brújula está dañada.

Algo se ha perdido,
se cayó por el bolsillo roto y no sé que será.
Sólo sé que cargo un vacío.

La canción no es la misma.

sábado, 25 de mayo de 2013

Mañana...

Mañana de árboles sin nombre
En calles indiferentes.
Un mal sabor en la boca,
Una mala palabra casi desprendida,
Un tormento nacido de la nada.
La angustia se siente como acordes que no progresan,
Una repetición incesante de un principio
Donde todo está abierto, todo es expectativa.
Un comienzo...

Ella no sabe nada.
No sabe nada pero carga con el núcleo del dolor.
No sabe porque puede inventar la noche, puede crear el amor
Pero prefiere seguir hilando la soledad innecesaria.
Ella no sabe nada pero espera y, a veces, no sabe qué espera,
Porque la costumbre justifica el tiempo.
Nada termina en el tiempo redondo de la paciencia sin causa.

Yo me desintegro en fantasías de apocalipsis personales.
Busco razones y encuentro abrazos incompletos,
Busco casualidades por sendas que había abandonado.

Me levanto y los árboles anónimos no han cambiado de lugar,
Ella no conoce la razón de mi nerval desconsuelo pero sigue esperando,
Cargando la maleta vacía y no se da cuenta.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Testigos.


Todos mis testigos están mudos,
Recuerdan todo pero no pueden decir nada.
Abren los ojos y gesticulan,
No logran dar a entender más allá de su propia angustia,
En medio del silencio que los contiene.

Hace muchos años, eran elocuentes sabios,
Oradores curtidos en los más salvajes auditorios.
Ahora les falta el aliento,
Sólo se oye un silbido largo y sordo cuando respiran.

Ellos desean no ver más,
Desean extinguirse en un atardecer nostálgico
Tomando café tibio,
Desenredando conversaciones triviales.

Mis testigos quieren enamorar a la mujer anónima,
Esa que me miraba desde el otro lado de la cafetería
Donde pasamos largos ratos de diletantismo.

Ellos quieren desmitificar el pozo de mis desencantos
Y reivindicar mis frustraciones
Para hacer de ellas sana experiencia.
Ellos quieren que no los alimente de culpa.

Pronto recuerdan dónde están.
Sus ojos se opacan en un velo infranqueable,
Siempre en vigilia.

martes, 14 de mayo de 2013

Si, lo soy.

Soy el ladrón agazapado
Oculto entre tus necesidades,
Ese que va saldando las cuentas vencidas con asaltos regulares a tu tranquilidad.

Soy el que no esperas cuando estás esperando,
Soy el que encuentra tus desvaríos y los deja jugar en el parque,
Soy quien tiene la experiencia necesaria para sofocar tu ego en preguntas invisibles,
Para que te rindas,
Para que descanses,
Para que sueñes más allá de lo que te dicta la rutina.

Soy tu pesadilla,
La silueta que ves cuando abres los ojos en la oscuridad.
Soy parte de tu precariedad,
El defensor de tus virtudes en el tribunal de tu conciencia.

No me buscas, pero siempre hago que me encuentres.
Soy tuyo, como tu sombra.

lunes, 13 de mayo de 2013

Digresión sobre mi tiempo.

Entre la sangre anónima que despertó todos los demonios y el silencio cómodo en las gargantas, se incubaron los absurdos dolorosos, la negación y la complicidad oprobiosa de nuestra historia.

Vivir en estos tiempos es como habitar en ninguna parte, algún lugar por fuera de las consecuencias de los desafueros de los poderosos y de las luchas de quienes nos antecedieron en el legítimo rechazo de la injusticia. Tierra olvidada, nación del olvido, donde nadie tiene cicatrices ni nadie se ha atrevido a aprender nada.

El otro es la personificación de la amenaza más alevosa, aquel que hay que eliminar para que el uno pueda existir. Todos quieren ser parte del ego odioso y destructor de las alteridades. No se aprueba ningún otro horizonte de existencia. Todos quieren estar cobijados por una de las grandes mentiras: la seguridad de la masa, durmiendo en el confort de la ignorancia.

Desde alli juzgan y parametrizan, movidos por voluntades irresistibles. Los dioses existen, se les reza sin ritos y se los adora sin vergüenza.

La primavera tan lejana, tan esquivas las utopías de los mundos mejores cuando veo los rostros multiplicados de la uniformidad.

Y como no tengo más que palabras, tengo esta responsabilidad. No callar, aunque la obra sea muda.

jueves, 9 de mayo de 2013

Tal vez, algo.

No te pronuncio 
mas que en los pequeños matices que dejan mis extremismos.
No te conozco cuando permanezco 
sino cuando camino bajo las sombras de los cerros.
 
Hablo entre las líneas ambigüas y los parrafos cansados.
No soy yo quien mira a los ojos, frente en alto y voz centrada.
Soy una veleidad, 
una situación constantemente inconclusa, 
un aliento inoportuno.

sábado, 27 de abril de 2013

La vuelta.

En el regreso soy una copia,
Una silueta desprendida de sus átomos.
En el regreso soy un deseo huidizo,
Un esquema abandonado que se niega a dejar de ser útil.

También soy un embate ciego,
La maldición lanzada al aire con el dolor,
Un pretexto para fallar de antemano.
Soy un círculo vicioso
El paradigma de la contención
Silenciosa e implacable que todo lo va erosionando
Argumento por argumento
Hasta que quede la desnuda contradicción,
El origen del conflicto.

En el regreso soy
Porque en la ida no era.

viernes, 26 de abril de 2013

Ese momento.


Ese momento
cuando la mañana todavía pertenece a la noche,
El tenue velo que se va recogiendo hacia el lejano horizonte.
Aquí, la soledad va cambiando su vestido
Se tornasola y se transparenta
Se confunde con la piel
Con los usos y protocolos diarios.

Se respira, imperceptible
Se transmite en miradas incoloras
Se precipita por las palabras,
Plantas colgantes de los balcones,
Nacen y nunca terminan de caer.
Y, así, la soledad adorna los rostros.
Como las sonrisas sin forma
Como las brillantes lágrimas.

Vuelve la noche
Ella espera tras la puerta
En la timidez precaria de los muebles.

lunes, 15 de abril de 2013

Esa ventana.

Las ramas se movían por causa del sadismo del viento. No sé por qué razón no se cayeron. Por la pequeña ventana se veían los rayos partir el cielo, la lluvia incesante, los ríos en la calle. No tenía más que mis pensamientos y el sonido de la respiración. Ella había salido, apenas pasada la media noche. No entendía por qué permanecía allí, no sé qué era lo que esperaba. Evidentemente a ella, pero ¿para qué?

martes, 9 de abril de 2013

Dialéctica?

Cuánto se ha dado sin convenir un precio,
aquello tan valioso
que desfallecemos cuando nos falta.
Nada se da sin ser correspondido,
es cuestión de proporciones y balance este problema.

Vos me mirás y yo te escribo,
vos un suspiro y yo una margura.

No sabemos qué entregar y cómo recibir,
nos perdemos en los términos de la transacción,
no bastan los intérvalos de la negociación
Vos querés una canción y yo tengo prosas,
me das tu foto y yo te quiero a vos.

Te busco donde no estás
no recuerdo los lugares comunes.
Vos lo anticipás todo
yo me quedo en la seguridad del cuarto oscuro.

Historias cruzadas por contradicciones sin resolver.

lunes, 8 de abril de 2013

Piedad.

Que alguien recoja estos restos despreciados,
que alguien cante un arrullo que no me pertenezca
para callar los metales amenazantes.
Que todo lo que haya de morir, muera,
pero en silencio.

Falta el motivo que encaje en el movimiento perpetuo,
que evite el desenfreno de las causas ocultas,
sus efectos hipnotizantes,
los sueños que nunca recuerdo.

Que alguien me diga cuándo algo fue completo.
Que alguien busque un cincel y quiebre la piedras del muro de las promesas.

Sobran discursos y argumentos,
la estrechez de las pasiones.
Sobra la ausencia, ese todo lleno de nada.

Que alguien devore las ganas y esconda las luces,
que alguein venga a cegar, con destreza, esta angustia.

Erosión

La intemperie se lleva adentro,
erosiona las cavidades donde se alojan los secretos.
Nada se oculta de los elementos porque de ellos estamos hechos.

La respiración delata la pérdida de sustancia,
el reloj se va llenando con la arena extraviada de nuestros artificios.
Somos ruinas desde que nacemos,
el óxido de la tierra que va aflojando las junturas de los recintos del fuego.

Somos parientes de los deseos insatisfechos,
de los propósitos desbordados de ancestros anónimos.
Somos palabra sin lugar.

miércoles, 3 de abril de 2013

Desde el principio.

Bien podría decir que no has hecho nada, pero con un puñado de palabras y un par de gestos construiste, de nuevo, el imperio de la retórica ineludible.
Basta una pizca de buenas intenciones y  de actos contradictorios para envenenar las aguas que riegan las flores de la primavera, cuando nada es fuerte aún y se siente el frio del invierno, persistente.
Vagas por el horizonte como una profecía inconclusa, alimento de las especulaciones más intrincadas y de los desafueros del alma en busca de que algo se haga realidad.
Empezamos a mover montañas y a secar ríos, a desangrar madres y a matar hijos, todo para que se cumpla algún designio. Pero nada nos convence, nada nos apacigüa ni nos deja morir tranquilos.
Una a una se repiten las secuencias del dolor y del olvido, uno a uno se cobran los errores, con puntualidad y firmeza. Siempre hemos pagado las deudas.
Bien podría decir que no harás nada, pero ya lo has hecho todo.
 

jueves, 21 de marzo de 2013

Somos dos mundos, amor, que se intuyen y se repelen
Se alinean en imposibilidades siderales,
En inconveniencias y desacuerdos.
Somos astros huérfanos, ansiosos…
Somos el vacío cuando nos miramos
El todo cuando nos extrañamos.

lunes, 11 de marzo de 2013

Cuestión de Método.

Guardar silencio y apretar los dientes.
Es cuestión de método
Pasar de largo y no desviar la mirada
No caer en el protocolo de las formas
O en las ansias recien despertadas.

Hay que trepar las horas hasta el atardecer
Con un solo aliento longevo,
Lleva años extinguiendose, paciente,
Consumiendo voluntad,
Jugando sucio todos los días, te llama sin falta.
No se da cuenta que afuera es desierto,
Que el eco no existe en el vacío.

Entonces, llega el día a su final.
Quedan las palabras cansadas en los claustros encogidos,
En los ojos ignorados.

viernes, 1 de marzo de 2013

Un descuido.

No dudaré en hacer parte de la prole bulliciosa e innombrable,
En escarbar entre los ladrillos para ocultarme.
No dudaré en ocultarme, como el viento,
Entre las hojas,
Alrededor de las formas corporales,
Dentro de los cuartos desarreglados.

Te miraré por la ventana
Paseando tu arrogancia en la mañana
Tu descortesía a medio día
Y tu descaro al alba.

Porque ya hemos sido olvido
No quiero ser un fantasma encarnado,
Ni un escrúpulo vicioso
O una utopía sin rumbo.

Hoy se parecían al futuro las hazañas cotidianas,
Hoy no había camino que no se doblegara,
Tampoco había alegrías sospechosas.
El espíritu dormía y no te esperaba.

domingo, 24 de febrero de 2013

Lo que nunca te diré.

Lo que nunca te diré, porque ya soy incapaz de hacerlo.
Lo que nunca más te diré, porque me cansé de querer fundar realidades con explicaciones, propias de un materialismo vuelto al revés (nunca entenderías las referencias marxistas).

Y, sin embargo, me imagino a los dos, cada uno desde su cachito de universo,
tratando de restablecer el espíritu maltratado, maldiciendo, de vez en cuando, las artimañas de la suerte que nos correspondió;
buscando rostros inocentes que se parezcan a la esperanza.

Aquello que nunca te diré, porque la verdad sí duele, se derrama en pozos de purificación y retorna a las fauces oscuras de la tierra, donde todo vuelve a ser nada, donde la nada reclama silencio.

No puedo definir nuestra naturaleza, pero tampoco he podido prescindir de los recuerdos de las noches que eran sólo de los dos, o los amaneceres cuando huía estando entre tus brazos y dormías en una belleza suspendida. Nunca te pertenecí ni imaginé las consecuencias.

Lo que nunca te diré está por ahí, si sabes buscar.

viernes, 22 de febrero de 2013

Arte y Técnica

Arte y técnica de las evasiones, de miradas como lanzas veloces y mortales.
Arte y técnica que parecían atávicas se reeditan en provocaciones inesperadas, en expectativa de argumentos no requeridos.
Fantasmas vienen y van, rozando los hilos del pánico, dejando el olor dulzón de la trampa.
Canciones atemperadas y frases cajoneras se descuelgan de los dedos... Las manos frías y un pequeño temblor en la voz alcanzan a revelar el pesado secreto que sembró la vergüenza. Amargura en los suspiros. Ningún testigo.
Periplos solitarios sobre las ideas inconclusas del existir y sus sentidos, insistencias caústicas. Tormentos rutinarios, devolver la página y volver a leer, en vano, que las advertencias no fueron suficientes y que la fuerza tarda en llegar.
Una lanza larga y precisa.