lunes, 9 de septiembre de 2013

Vaya usted a saber.

Quizá, en nuestra historia, las distancias se miden de manera particular, de tal forma que su incidencia en la percepción de los vacíos que se forman entre los dos, se concentre bajo ciertas condiciones climáticas del espíritu. Ahora, que vayamos a saber qué significa eso, es otro cuento; porque lo seguro es que nos hemos teorizado el uno al otro hasta el cansancio, que nuestra materia se ha reunido tan poco tiempo en un mismo espacio que nos hemos conformado con las ficciones subsecuentes.
 
El suelo fértil para sembrar de ensoñaciones esta mente, un ocaso en las intenciones, en las actitudes que deberían llevar a algún lado, todo ha sido dejado al azar. Aquello que no se ha concretado se idealiza y se transforma en drama, denso e inmóvil.
 
Espero, siempre espero algo. Busco, pero no siempre sé lo que busco y cuando me muevo buscando llega lo que busco al lugar donde antes estuve esperando. Vienes y yo esquivo, hablo y vos callás. Me tiento con vos, y vos…

lunes, 2 de septiembre de 2013

¿Querés?

La calle era, como siempre, otra versión del abandono en medio de la laboriosidad automática. Supuse que éramos dos presumiendo las historias que no pudieron ser. Presunciones recíprocas, placeres revelados a medias.
 
Yo insisto en creer que vivimos episodios adelantados, que la voluntad jala una tímida determinación, que las bifurcaciones del camino ya no son tan amplias. Tiendo a creer que hacés parte del significado.
 
Decime qué sentís en este instante en que no te tengo.
Decime qué siento yo con tu boca perdida en la geografía de lo inverosímil.
Decime por qué ninguno de mis presagios ha podido con el brillo de tu sonrisa o con esa chispa de estulticia que se te escapa de la mirada.
Decime, vos que sabés pero que no querés admitir.
Decime, matá un silencio en lugar de convocarlo.
 
Contame otro capítulo de tu historia conmigo.

Dos luces.

Había quedado con ganas de otro duelo de miradas, de imaginarias secuencias amorosas y de disfrutar mas de esos juegos de significados incongruentes, esos que amenazaban con desnudar las almas.

Tuvo ganas de robársela, de capturar su calor guardado cerquita del vientre, tuvo ganas de desaparecer en los enigmas que ella proponía y despertarla a la mañana siguiente con el café recien hecho.

Pero se fue, mirando hacia atrás. Sus ojos eran luciérnagas atravesando la oscuridad.