viernes, 7 de diciembre de 2012

Vocación.

Mi vocación de cronista me obliga a leer tus nostalgias peregrinas, escritas en muros blancos y sinceros, en los lugares que alguna vez fueron hogar de las esperanzas.
Mi vocación me obliga a memorizar detalles, silencios y suspiros, guardarlos en una cajita que convierte los recuerdos en materia renovada, en tiempo vacante que espera a ser colmado de nuevas experiencias.
Mi vocación me obliga a no abandonar, así duela el alma en cada letra, aunque se caigan las estanterías de las ficciones sobre la crudeza de tus heridas y te deje sangrar con impotencia.
Mi vocación me obliga a morir lenta y definitivamente en cada metáfora que te dedico, en cada frase calculada para describir el abandono palmario en nuestros espíritus que ya no se engañan ni se pierden en estas crónicas interrumpidas.

3 comentarios:

  1. Bello canto de melancolía y afecto que quiere abrirse al amor sin renunciar al pasado, e incluso a pesar de él. Pero las sombras del pasado no deberán obscurecer el futuro, que siempre es esperanza, a pesar de todo.

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  2. ....memorizar para alcanzar el cielo, la lengua al paladar hace lo mismo, después harás del grafito tu sapiencia, tu coito insinuante , tu erotismo, palabras que trasladan a la página esa suerte de cantar de tu heroísmo...Hoy vine Andrés, cogido de mi excelso repentismo...abrazos..

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  3. Crónicas escritas con plumas de acero, con tintas en sangre, en lienzos de pieles, peregrinos también, de libros sin tiempos.

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