Caminemos primero,
porque nunca me has recorrido,
no conoces mis vericuetos
ni los abismos oscuros.
Mírame,
como si fuera parte del paisaje,
el tiple que se escucha entre las montañas
es la voz que susurra pequeños secretos
cuando te distraes.
Háblame,
de vez en cuando,
de tus odiseas irracionales,
de tu habitación y las sombras
que se forman cuando a dormir te vas.
Cántame una canción que no conozca,
que tenga los silencios suficientes
para hacerla majestuosa.
Siempre déjame a oscuras
con un beso que dure toda la noche.
caminemos, mírame, háblame, cántame, bésame... Que bello Andrés!!!
ResponderBorrarGuiando los pasos
ResponderBorrarque los silencios marquen
dentro de los corazones
en las sombras de las soledades
en los finales de las noches
bordada de silencios nacidos
de noches de secretos desgranados.
Llovidos de las sombras majestuosas
de las lejanas miradas, enfrentadas
en los espacios compartidos
de los abismos mutuos.