Hay historias que son palíndromos, presencias como suspiros congelados, almas suspendidas en pequeñas reminiscencias: un libro, una caricia distractora, el beso que no brotó.
Hay almas con aguijones, portadoras de secretos amargos, de labios marchitos, ojos pálidos.
Hay sonrisas angustiadas, laberintos confortables, muertes rutinarias como sueños mudos, anhelos...
Hay rincones y vidrios rotos, canciones abandonadas que no recuerdan, promesas irresolutas.
Hay candados y máscaras que no sabías que guardabas.
Si, hay esperanzas perdidas.
Hay tristezas sangrando
ResponderBorrarde viejas heridas,
solapando amores,
besos difuntos,
que nunca nacieron.
Esquinas, deshabitadas
y la fe, desengañada
pero viva, aún,
luchando esperanzas,
luchando, sin máscaras.
El vuelo único,
conocedor de la ruta
testamentaria,
sirviendo de llave,
a mil candados.
Perdidas, si, las hay,
febrilmente buscadas,
halladas por los nortes,
de mil alas,
por eternos mares.
Hay vidas nuevas, si,
reparidas esperanzas.